Cáncer de Mama y Ejercicio Físico

Cáncer de Mama y Ejercicio Físico

Cada año, el 19 de octubre se celebra el Día Mundial Contra el Cáncer de Mama como recordatorio del compromiso de toda la sociedad en la lucha contra el cáncer de mama. El cáncer de mama es el tumor más frecuente en las mujeres occidentales, representando el 16% de todos los cánceres femeninos (OMS, Carga Mundial de Morbilidad, 2004). En España se diagnostican alrededor de 32.825 nuevos cánceres de mama al año (Datos del cáncer de mama en España 2018) según la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC).

Este día busca concienciar a la sociedad de la importancia de la investigación y el diagnóstico precoz de esta enfermedad. Porque el cáncer de mama es el tipo de tumor más frecuente en mujeres ya que:

“1 de cada 8 mujeres tendrá cáncer de mama a lo largo de su vida”.  

Se conocen bien varios factores de riesgo del cáncer de mama. Sin embargo en la mayoría de las mujeres afectadas no es posible identificar factores de riesgo específicos (IARC, 2008; Lacey et al, 2009). Los antecedentes familiares de cáncer de mama multiplican el riesgo por dos o tres. Algunas mutaciones genéticas, en un menor porcentaje (5-10% de los casos), también se asocian a un riesgo muy elevado de ese tipo de cáncer. Los factores reproductivos, como una menarquia precoz o una menopausia tardía,  figuran entre los factores de riesgo más importantes del cáncer de mama. Las hormonas exógenas, aunque en menor medida, también conllevan un mayor riesgo de padecerlo (ej: (mujeres que toman anticonceptivos orales o tienen sustitución hormonal). Sin embargo, sabemos que la lactancia materna tiene un efecto protector (IARC, 2008, Lacey et al., 2009).

Danaei et al. (2005) calcularon la contribución de diversos factores de riesgo modificables a padecer cáncer de mama, concluyendo que el 21% de todas las muertes por cáncer de mama registradas en el mundo, son atribuibles al consumo de alcohol, el sobrepeso y la obesidad (cada 5kg de ganancia de peso desde el inicio de la adultez presentan un aumento de riesgo de cancer de mama del 8%), y la falta de actividad física (piedra angular en la prevención del cáncer).

El control integral del cáncer de mama abarca la prevención (control de factores de riesgo modificables), la detección precoz (a través del diagnóstico precoz y de las mamografías de cribado), el tratamiento específico (cirugía y radioterapia / hormonoterapia / quimioterapia / terapias biológicas contra diana), la rehabilitación (ej: ejercicio oncológico*), y los cuidados paliativos. En esta línea, la sensibilización de la sociedad sobre el problema del cáncer de mama y los mecanismos de control, así como la promoción de políticas y programas adecuados, son estrategias fundamentales para el control poblacional del cáncer de mama.

 

Ejercicio físico y cáncer

Es ejercicio físico oncológico es aquel ejercicio pautado y controlado por un profesional, que se realiza para reducir o prevenir los efectos secundarios de los tratamientos oncológicos de forma individualizada y progresiva, y que, por sus efectos globales en el organismo, mejoran la salud, la calidad de vida y la supervivencia de las pacientes.

Moore, S. C.  et al. (2016)  encontraron en las personas que realizaban altos niveles de ejercicio, en comparación con aquellas que no (< ó > 150 min de ejercicio a la semana), reducciones mayores del 20% en cáncer esófago, hígado, pulmón, riñón, gástrico, endometrio y leucemia mieloide; así como reducciones entre el 10 y 20% en los cánceres mieloma, colon, cabeza y cuello, recto, vejiga y cáncer de mama.

Son numerosos los estudios científicos que concluyen los beneficios del ejercicio físico durante el cáncer de mama. Algunos de estos son la reducción del IMC, la pérdida de masa grasa, la disminución de los niveles de insulina, el aumento de la función inmunológica,  la disminución de la fatiga, la mejora de la funcionalidad y calidad de vida…

Algunos de los objetivos de un programa de ejercicio físico oncológico serían devolver al paciente la capacidad cardiovascular, prevenir y reducir el linfedema para recuperar la funcionalidad, prevenir la osteoporosis, recuperar la masa muscular y devolver la composición corporal a rangos normales, mejorar el estado anímico del paciente, o ayudar a paliar los efectos secundarios del tratamiento.

Un protocolo de entrenamiento se basaría en:
  • Una frecuencia de entrenamiento de al menos 3 días por semana (al menos 2 supervisados por un profesional)
  • Una intensidad de ejercicio progresiva moderada-alta (respetando los principios de adaptación, progresión y recuperación del paciente
  • Una duración de 150 min/sem de intensidad media o 70 min/sem de intensidad alta
  • Combinar varios tipos de entrenamiento*: aeróbico, trabajo de fuerza (tonificación), movilidad articular y estiramientos, educación postural…
  • Control de la intensidad del entrenamiento a través de pulsómetro, escala subjetiva del esfuerzo, %RM…
  • Una estructura de sesión compuesta por calentamiento, parte principal y vuelta a la calma.

 

Ejercicio físico aeróbico o de resistencia

Es aquel que realizamos de forma continuada mediante desplazamientos, para mejorar, sobre todo, nuestra capacidad cardiovascular. Estas actividades pueden desarrollarse en entornos controlados o en entornos en los cuales nuestro control es menor. Dentro del ejercicio físico de resistencia podemos distinguir dos tipos, las actividades con impacto y sin impacto.

Algunas de las actividades de resistencia son: bicicleta, correr, elíptica, caminar, clases colectivas, baile, nadar…

 

Ejercicio físico de tonificación o fuerza

Aquellos ejercicios en los que se mantiene o se mueve el propio cuerpo o un peso externo, para aumentar la musculatura o tonificarla. Podemos dividir estos ejercicios en dos tipos, con autocargas y con resistencia externa. Estas suelen ser actividades que se realizan de forma estática, sin grandes desplazamientos y movilizando solamente determinadas partes del cuerpo, como piernas (sentadillas, etc.), brazos (flexiones o fondos, etc.) o el tronco (abdominales, etc.). Podemos dividir los tipos de fuerza en 2 grupos: isométrica y concéntrica-excéntrica.

Algunas actividades de tonificación o fuerza son: movilizaciones de brazos y/o piernas, tonificación con pesas pequeñas (500 g/1 kg), tonificación con gomas, clases de pilates, yoga o tai-chi, tonificación con autocargas…

Estiramientos y movilidad articular

Este tipo de ejercicios se utilizan para relajar la musculatura, prevenir lesiones y aumentar el rango articular. Se realizan siempre al finalizar la práctica deportiva. La forma más eficaz de realizar los estiramientos es comenzado por los estiramientos de cuello y finalizando por los de la parte más baja de la pierna. Podemos diferenciar entre estiramientos activos, pasivos, estáticos o dinámicos.

 

Además el programa debe ir acompañado de una alimentación saludable. Algunas de las recomendaciones de la World Cancer Research Fund International (WCRF) son aumentar la ingesta de fruta y verdura diaria, tomar pescados y carnes magras, aumentar la ingesta de proteínas (incluyendo proteína vegetal, ej: legumbres), evitar alimentos muy grasos, con mucho azúcar, carnes procesadas y bollería industrial, evitar bebidas azucaradas y carbonatadas (la base de la hidratación es el agua) o reducir el consumo de alcohol.

 

PREGUNTAS FRECUENTES:

 

Más información sobre el cáncer de mama pinchando aquí.

 

REFERENCIAS:

  • AECC (2018). Datos del cáncer de mama en España 2018.
  • Danaei G et al. (2005). Causes of cancer in the world: comparative risk assessment of nine behavioural and environmental risk factors. Lancet, 366, 1784–93.
  • IARC (2008). World cancer report 2008. Lyon, International Agency for Research on Cancer.
  • Lacey JV Jr. et al. (2009). Breast cancer epidemiology according to recognized breast cancer risk factors in the Prostate, Lung, Colorectal and Ovarian (PLCO) Cancer Screening Trial Cohort. BMC Cancer, 9, 84.
  • Moore, S. C., Lee, I.-M., Weiderpass, E., Campbell, P. T., Sampson, J. N., Kitahara, C. M., … Patel, A. V. (2016). Leisure-time physical activity and risk of 26 types of cancer in 1.44 million adults. JAMA Internal Medicine, 176(6), 816–825.
  • OMS (2004). Carga Mundial de Morbilidad.
  • World Cancer Research Fund (2018). Cancer Prevention Recommendations.