Ejercicio físico como tratamiento de la depresión
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión afecta a 350 millones de habitantes del mundo, siendo la primera causa de discapacidad mundial. Se estima que una de cada seis mujeres y uno de cada diez hombres sufre o sufrirá depresión a lo largo de su vida.
El día 13 de enero se celebra el #DíaInternacionalDeLaLuchaContraLaDepresión. La depresión es un trastorno mental que afecta el estado de ánimo, y se caracteriza por síntomas como tristeza, irritabilidad, ansiedad, aislamiento, exceso de sueño o insomnio, entre otros. Aunque los tratamientos psicológicos y farmacológicos son eficaces en muchos casos, la alta prevalencia de este trastorno y los efectos adversos de algunos antidepresivos hacen necesario implementar terapias complementarias.
Así, a pesar de haber sido objeto de debate, numerosos estudios científicos orientados a la prevención han demostrado que el ejercicio físico reduce el riesgo de padecer depresión. Además, las investigaciones sugieren una dosis-respuesta; es decir, que cuanto más ejercicio físico se practique (más de cinco horas por semana) menor será la probabilidad de sufrir este trastorno.
Además de ser una herramienta preventiva, también lo es terapéutica. El ejercicio posee un efecto similar al de la terapia psicológica y algunos antidepresivos, reduciendo los síntomas de la depresión. Además, la evidencia subraya que el ejercicio aeróbico moderado (correr, nadar, andar en bicicleta, etc.) realizado de tres a cinco veces por semana induce numerosos beneficios como:
- Mejora de la condición física y la salud
- Aumenta el estado de ánimo, la autoestima y la motivación
- Promueve las relaciones sociales
- Estimula la secreción de endorfinas (estimulantes del estado emocional del individuo)
- Mejora la calidad de vida
El ejercicio físico es un tratamiento sumamente eficaz para combatir la depresión y puede ayudar también en el tratamiento de otros trastornos mentales.